miércoles, 2 de octubre de 2013

Madrid Lisboa Non Stop 2013

Una Odisea por relevos

Flashback:
     Allá por el mes de Mayo de 2013, en vísperas de participar en la famosa prueba de Los 10.000 del Soplao, a mi hermano José Andrés se le ocurre ponernos  el enlace de algo que ha visto, una prueba de resistencia en MTB, con el fabuloso nombre de “Madrid Lisboa Non Stop”, y el no menos aterrador apellido “La prueba más larga y dura del mundo del mtb”. Pues bien, lo que en ese momento era una opción más o menos soñada, con el paso del tiempo fue cogiendo forma, hasta que durante el mes de Agosto, tras reiterados emails cruzados con la organización para resolver dudas, surge realmente la posibilidad de hacerla.
Y además, con un añadido solidario, portar en nuestros maillots el logotipo de la Asociación de Mucopolisacaridosis de Castilla la Mancha (MPS), con dicha asociación ya colaboramos en nuestra ruta nocturna del mes de mayo, y le comentamos nuestra idea, la cual aceptaron de buen grado y nos dieron el empujón definitivo para llevarla a cabo.
En principio, la haríamos los dos solos, mi hermano y yo, cuando lo comentamos con los compañeros del club, se nos une nuestro buen amigo Juanchu, y como 3 es un número impar y a nosotros nos gustan las cosas bien hechas, convencimos (o se dejó convencer) a la otra pata del banco, a nuestro amigo José Andrés (alias Tachen), y así estábamos de nuevo los 4 embarcados en una nueva odisea, rememorando, los caminos de Santiago que hemos realizado en tiempos pasados los cuatro juntos.
Pues bien, omitiendo detalles sin importancia de logística, los consabidos nervios por el acontecimiento y los cambios de opinión en los mas variados aspectos, nos encontramos con que a última hora, decidimos incorporar un conductor para la furgoneta, por si la dureza de la prueba y el cansancio, nos impide conducir en plenas facultades y así evitar riesgos innecesarios, para ello contamos con otro buen amigo, José María, no se lo pensó, se lo pedimos 2 días antes de partir y nos dijo que sí, a la primera, lo que hiciera falta, así que ahora ya estamos todos, hora de partir.

Viernes 20 de Septiembre:
Como toda odisea que se precie, tienen que existir dificultades no previstas, y la nuestra apareció muy temprano en forma de atasco de tráfico de magnitudes monumentales, 2 horas parados en la A4, dirección Madrid, y viendo cómo transcurría el tiempo sin poder hacer nada, si ya los nervios estaban claros, en esta circunstancia se nos salían por todos los sitios, impotencia, rabia, incapacidad de poder modificar una situación absurda viendo que se nos pasaba el plazo para recoger los dorsales y aún estábamos a más de una hora de camino de Las Rozas, el punto de partida de nuestra aventura.
He de reconocer que nos tranquilizó la llamada que nos hizo la organización, preguntando por nuestro retraso, y cuando lo explicamos, muy amablemente nos ofrecieron la posibilidad, no sólo de esperarnos hasta la hora de salida, sino incluso trasladar nuestros dorsales a la primera etapa, algo que nosotros personalmente y por cuestiones obvias no deseábamos en ningún momento, así que tras unas pequeñas maniobras “políticamente incorrectas”, logramos eludir el atasco y presentarnos dentro de la hora en la zona de acreditaciones para recoger los dorsales y todo lo necesario para comenzar, si bien, faltando 10 minutos para la salida, lo teníamos todo muy justo.
Capacidad de improvisación superada, nuestros amigos que harán la primera etapa, se preparan bicis y equipos, mi hermano y yo, que haremos la segunda, nos encargamos del protocolo para la furgoneta de asistencia, la dichosa aplicación para el móvil, libro de ruta, etc. Nos olvidamos de saludar a los amigos que sabemos que están por aquí, sólo me da tiempo a cruzar unas palabras con Willy de Altillobike, con Angel Santamaría, paisano que compite en otro equipo, saludar de pasada a José María Benayas, otro biker Titán y con Chus Castellanos de PlanetaMtb que está haciendo su reportaje de la prueba.

Etapa 1.- Las Rozas.-

Salida de la prueba a las 11,00 h. increíble, Juanchu y José Andrés aún no están preparados, es decir, que vamos a salir más tarde que el resto de los participantes, cuando el globo de salida y todo el merchandising está  siendo recogido, entonces aparecen ellos cual jinetes desbocados, salen con 15 minutos de retraso, pero seguro que pillan al pelotón, porque había prevista una salida controlada por la población.
Nosotros, recogemos todo y nos dirigimos a la primera Estación de Hidratación, Robledo de Chavela, como resumen son las 11,30, llevamos levantados desde las 5 de la mañana, y con todo lo que nos espera por delante, aún sin desayunar, con nervios y un poco “acojonados” por el nivel que se aprecia en el parking, autocaravanas, equipos con mecánicos, con fisioterapeutas, en fin, algo de lo que nosotros carecemos, pero que en ninguna manera nos intimida.

Etapa 2.- Robledo de Chavela.-
Fin de la primera etapa, nosotros aparcamos y nos dedicamos a comer para coger fuerzas, los nervios siguen a flor de piel, y más cuando aún no he podido incorporar los tracks de la carrera a mi GPS, me daba error en mi casa y confiaba en que alguien me echara una mano en la salida, pero no hemos tenido tiempo, por suerte los compañeros que están al lado, los oigo hablar del tema y les pregunto, me solucionan el problema, era por un lío con los puntos del track, así que consigo meter la 2ª etapa que es la que nos toca hacer a nosotros y sobre la 1 y algo, empiezan a llegar los primeros, subidón de nervios y nos preparamos todo por si vienen pronto, el tiempo pasa, aún no viene la mayor parte de los equipos, así que me da tiempo meter todas las etapas pares, para no depender ya del GPS y a conocer al único equipo femenino que participa (Superprestigio), con Isabel a la cabeza, ellas tampoco llevan mecánico, ni fisio, ni autocaravana, y están igual que nosotros, intentando maximizar el espacio que tienen en la furgoneta para acomodarse lo mejor posible, con su resultado, demostraron ser unas bikers de primera categoría.
Tranquilos, si es que se puede estar en una situación así, porque en su momento concretamos en llamarnos por teléfono cuando estuviéramos a unos 5 Km. De la llegada y nuestros compañeros aún no dan señales de vida, así que nos colocamos dorsales, llenamos bidones y camelback y damos una pequeña vuelta en bici por el aparcamiento sobre todo para calmarnos un poco; según pasa el tiempo, van llegando corredores y los nuestros no llegan, al final, la preocupación empieza a hacer acto de presencia, por tiempo y condiciones, deberían haber llegado ya, la duda surge, ¿se habrán perdido?¿habrán tenido problemas al salir de Las Rozas ellos solos?....hasta que nos llaman diciendo que están llegando, entonces la cabeza hace sus propios cálculos, ahora de lo que se trata es de asegurar que vamos cubriendo etapas con tiempo de sobra sobre el cierre de control para no tener problemas, y sobre todo, ganar tiempo ante cualquier eventualidad, creo que, el mayor miedo que tenemos es no poder terminar por alguna avería, confiamos en nuestras fuerzas, y a priori con los datos que tenemos es relativamente fácil acabarla, pero siempre puede haber imprevistos.
Aparecen los dos sin problemas, unas pérdidas de orientación sin grandes consecuencias y sobre todo la salida tan desastrosa que hemos tenido han hecho que se retrasen más de lo previsto, aún así, vamos con 45’ de adelanto sobre el tiempo de cierre, es nuestro turno.
Cambio de pulsera y a pedalear, los primeros kilómetros se hacen por carretera, muy llevaderos, lo suficiente para acomodar las pulsaciones, se unos unen 2 bikers más, uno es Rafa del equipo Mediaset y otro es Chechu, del C.C. Tordesillas, con ambos compartiremos no sólo kilómetros, sino también varias etapas a lo largo de la prueba, la carretera se deja de golpe a través de una cuesta bestial de asfalto rugoso que sale a la derecha y allí ya nos adentramos en los caminos que nos tienen que llevar a la segunda Estación de Hidratación, el paisaje a pesar de la sequedad que tenemos es bonito, bosques y monte bajo, y las primeras cuestas hacen acto de presencia, así vamos rodando hasta volver a una carretera comarcal para atravesar el bonito pueblo abulense de Cebreros, para dirigirnos hacia el Embalse del Burguillo, aquí nuestro compañero Rafa, tiene su primera “toma de tierra”, en una curva cerrada a derechas por suerte sin consecuencias, nos adelantan un par de bikers que durante unos Km. se quedan con nosotros, hacemos buena grupeta por la zona del embalse, digno de ver y fotografiar, aquí circulamos por carreteras comarcales con lo que la velocidad es alta y el ritmo bueno, vamos bien de tiempo, hasta que tengo un problema con el GPS, se me bloquea y me entretengo un instante, suficiente para que me dejen atrás, salvo mi hermano, claro está, el caso es que abandonamos la carretera para avanzar por unas preciosas trialeras con la vista del pantano al fondo que hacen la delicia de cualquier biker, aquí además de disfrutar somos conservadores, en este caso no es plan de arriesgar, estamos al principio, y no quisiéramos que una caída pueda estropear la hazaña, aún así, bajamos a buen ritmo y según nos marca el cuenta kilómetros va quedando poco y en buena hora con lo previsto.
Nos alcanza Juan Carlos, un chaval del equipo Corre1+, que  se ha perdido y nos acompaña durante todo el trayecto que nos queda, una vez pasadas las trialeras, se rueda por pistas en muy buen estado, atravesamos alguna pequeña población que las gentes muy amables nos indican la dirección a seguir, aquí tengo un pequeño desfallecimiento, a pesar de haber comido un par de barritas, no tengo las fuerzas que debiera y cualquier repecho se me hace durísimo, el compañero Juan Carlos me da una barrita, me la como, bebo agua y parece que hace efecto, me recupero y volvemos a rodar en velocidades apropiadas a nuestro nivel, avisamos a nuestros amigos a falta de 5 Km. Y volamos hasta que aparecemos en Burgohondo recortando 1,15 h. al tiempo previsto, lo que hace que pillemos a Juanchu y a Tachen sin preparar del todo, pero con la satisfacción de haber cumplido con la etapa y con la confianza en aumento.

Etapa 3.- Burgohondo.-
Fin de la segunda etapa, piernas perfectas, confianza por las nubes y las ganas rebosantes, ahora mismo tenemos un subidón de moral, al comprobar que no sólo hemos recuperado tiempo perdido, sino que además lo hemos hecho en una etapa, que supuestamente no era para nosotros, tras una ducha relajante, nos dedicamos a recoger todo y a volver a jugar al tetris con la furgoneta, volvemos a reencontrarnos con los compañeros de etapa, Chechu, Rafa y Manolo de Castellón, lástima que no sean de equipos de 2 participantes, porque eran buenos compañeros, unos amigos gallegos nos regalan una empanada porque dicen que ellos ya no pueden mas y están hartos, nosotros que somos de estómago agradecido, la aceptamos encantados.
Carretera y pasta, mientras nos dirigimos al siguiente punto de encuentro, vamos comiendo, pasta como el 99% de los bikers y la empanada que nos sabe a gloria, una carretera secundaria con muchas curvas y con el sol de frente hace que vayamos muy despacio y que nos presentemos en Navalperal de Tormes ya anocheciendo y claro está, sin dormir nada.

Etapa 4.- Navalperal de Tormes.-
En esta pequeña población, no hay un espacio habilitado para aparcar, es toda la población la que resulta ser un enorme aparcamiento, así tanto a los lados de la carretera, como en la misma plaza hay vehículos de asistencia con gente dentro descansando. Nosotros aprovechamos el único bar del pueblo, para poner a cargar los móviles, a estas alturas, aunque conectamos la aplicación del móvil, cada vez nos preocupa menos porque hemos visto, que a partir de determinado punto, dicha aplicación se para y deja de funcionar, pero aún así, la encendemos.
Me tomo un café, con la idea de que me ayude un poco para la noche que se nos presenta, y ni corto ni perezoso, saco una pequeña colchoneta que llevamos y la pongo en el suelo para descansar, al menos estoy en posición horizontal y me duermo un rato, mi hermano en el asiento trasero de la furgoneta y Jose María en el del conductor…estas serían nuestras ubicaciones durante todo el recorrido. Sobre las 11 de la noche, nos llaman nuestros amigos, les quedan 7 Km. Pues ¡hala! A organizarse y prepararnos, ahora nos toca poner las luces a la bici, será toda la etapa de noche, confiados, porque uno de la organización nos  dice que esta etapa es “de descanso”….no sé, si tiene un desnivel acumulado negativo superior al positivo, y en 80 Km. La organización te da 4 horas y media para terminar, no termino yo ver donde está el descanso, pero es lo que hay.
Al final, el punto de control se encuentra en una pequeña plazoleta con una fuente, y un servicio de avituallamiento de lo más nutrido y sabroso que ha habido en todo  el recorrido, desde jamón, pasando por pastas, galletas caseras y tortilla de patatas exquisita, hace que volvamos a comer un poco, e incluso tomarnos otro café, todo sea para mantenernos despiertos.
Aparecen sobre las 23,45 h. los últimos kilómetros han sido muy duros, esta etapa, es una de las encerronas que había en el recorrido, pero la han solventado con buen nivel, así que salimos dando pedales por segunda vez.
Unos 15 minutos antes habían salido algunos compañeros, y nos lanzamos a ver si los pillamos, al igual que antes, los primeros Km. son por carretera y en descenso, lo que hace que alcancemos velocidades de infarto y eso que es de noche, tanto los focos de la bici  como el frontal hacen bien su  función y vamos bien iluminados, además gozamos de una luna llena que mantiene en penumbra nuestro alrededor, nos dirigimos hacia la población de El Barco de Ávila, seguimos en la provincia de Ávila, pero vamos hacia Extremadura, cruzaremos por el Valle del Jerte, de noche, una lástima no disfrutarlo, pero es lo que hay.
Cruzamos el río Tormes por un bonito puente, y al final existe una preciosa ermita iluminada creo que es “El Cristo del Caño”, pero nuestros móviles no hacen buenas fotografías en estas condiciones  y nos abstenemos de intentarlo, seguimos acumulando tiempo de reserva para incidencias y no queremos ser nosotros menos que nuestros amigos para que eso no sea así, con lo cual, nos damos una auténtica paliza en los kilómetros que siguen; la carretera se abandona a media subida del famoso puerto de Tornavacas, aquí a pesar de la luz y del GPS, hay momentos en que vamos campo a través y al cabo de unos minutos nos damos cuenta que el camino está a un par de metros a nuestro lado, con la consiguiente rectificación de trayectoria, esto es muy recurrente en campo abierto y atravesando las dehesas que cruzamos, hasta que nos encontramos con una cantera y un camino que transcurre paralelo a un arroyo/río, con sus charcos y todo, toma ya, quien lo iba a decir, que nos mojaríamos los pies en esta etapa, así continuamos ascendiendo, nos toca abrir alguna cancela de vallado de ganado con el miedo correspondiente, confiando en que a estas horas las vacas o toros estén en los brazos de Morfeo, así hasta que ascendemos la cota más alta del dichoso puerto, comenzamos el descenso, un descenso que si de día tiene que ser alucinante, de noche es muy arriesgado bajarlo subido encima de la bici, eso es como lanzarte por la ladera de una cantera, solo vemos piedras y más piedras, la senda brilla por su ausencia, que no digo que no existiera, pero que nosotros no la vemos, creo que bajamos por el peor sitio que se pueda bajar, pero con la luz que llevamos es lo que hay, el tiempo sobrante que teníamos se va diluyendo en esta bajada; para descender un kilómetro lineal, necesitamos 20 minutos, aunque claro, esto conlleva un descenso vertical de 500 metros y como digo, dominado por las piedras, al fondo se ven las luces de una población, pero esta parece que no llega nunca, cuando al final salimos a una pista asfaltada, se nos ilumina el cielo y el semblante, aquí volvemos a nuestro hábitat natural, es decir, encima de la bici y no al lado de ella, y como también es con pendiente negativa, la velocidad vuelve a hacer acto de presencia.
Nos adelanta un compañero asturiano, que lleva el foco más potente que hayamos visto nunca encima de una bicicleta, podéis creerme si os digo que parecía un foco halógeno de un coche, y claro, con él compartimos unos kilómetros hasta que nos dejó en un camino en el que resultaba incómodo seguirlo con nuestra “mini luz”; atravesamos un singletrack de vértigo con un barranco de unos 5 metros a nuestra derecha y al fondo el río, que como era de noche, no sentimos miedo… ¡no veíamos el fondo! Pero que si lo llegamos a pasar de día, te digo que lo hacemos a pie, el caso es que siguiendo el serpenteante camino que transcurre por todo el valle del Jerte, cruzando la localidad que da nombre al mismo, llegamos a los aledaños de Navaconcejo, pueblo que será muy pequeño, pero que es muy largo puesto que transcurre longitudinalmente a través del río Jerte y la carretera, y que nos tocó atravesar por su margen derecha hasta llegar al siguiente punto de control.

Etapa 5.- Navaconcejo.-
La llegada es apoteósica, cuando llegamos nosotros van quedando pocos vehículos de asistencia, es lo que tiene rodar en el grupo de cola, creo que detrás de nosotros sólo hay 4 o 5 equipos, son casi las 4 de la mañana, es decir que llevamos casi 4 horas de adelanto sobre el cierre de control, estamos conformes, la idea era esa, arañar una hora en cada etapa y así lo vamos haciendo, aquí damos el relevo y nuestros compañeros salen en la que será una jornada muy larga, damos buena cuenta de los bocadillos de jamón que tienen en el avituallamiento y tras la ducha de rigor, nos trasladamos a la siguiente Estación de Hidratación.

Etapa 6.- Cañaveral.-

Cuando llegamos el aparcamiento está abarrotado, buscamos un hueco rápidamente y por segunda vez, nos ponemos en posición horizontal para dormir un poco, yo lo consigo al menos durante una hora y media, luego ya después con el movimiento de los compañeros ya no es posible y nos dedicamos a hablar con unos y con otros, a reordenar los enseres de la furgoneta y a buscar puntos de luz para cargar GPS y móviles, coincido de nuevo con los amigos de Peralbillo, ellos están haciéndolo en un equipo de 3 y se les ve más descansados, un compañero que está al lado, tiene problemas con su bicicleta y José María, como es habitual en él, le echa una mano y salva la situación por el momento.
El día va cogiendo su color, aprovechamos para desayunar un cola cao y una tostada en el bar que hay al lado del aparcamiento mientras llega nuestro relevo, esta etapa, además de ser nocturna es de las que traerá pesadillas mientras duermes, con 92 Km. y un desnivel positivo acumulado de 1.500 metros, los esperamos sobre las 10 en el mejor de los casos.
Al final llegan sobre las 10,30 h. una vez más seguimos siendo los que van cerrando la puerta, pero esta vez, al menos por una buena causa, han encontrado a 2 compañeros que andaban perdidos y justos de fuerzas y los han acompañado a su ritmo para que pudieran llegar, aún así seguimos dentro del tiempo previsto, así que vuelta a la bici por nuestra parte.
En este tramo se sale en dirección contraria a la Vía de la Plata, durante un buen tramo, hasta llegar al Embalse de Alcántara, esto hace que emocionalmente nos vengamos arriba recordando viejos tiempos de bicigrino, y además con la confianza de pasar por zonas técnicas de día, en contraste con lo sufrido en la etapa anterior, logramos llevar un ritmo bueno, tal es así que cuando abandonamos la carretera nacional y cogemos la comarcal, pillamos a 2 compañeros (Uno del equipo Pedales del mundo, el otro no lo recuerdo) y pedaleamos un rato los 4 juntos, esta zona es divertida, bordeando las laderas de las pequeñas lomas que tiene la zona, así hasta llegar a una pequeña población Garrovillas de Alconétar, a la salida de la misma, a uno de los 2 bikers que nos acompañan le da un golpe de calor y tiene que tumbarse a la sombra del único árbol que hay en la zona, justo antes de la subida por el Convento de San Francisco, tras preguntarle si está bien, nos indica que continuemos, que para él ya ha acabado la carrera y va a llamar al teléfono de emergencias, una lástima, pero la etapa sigue, y con ella el calor agobiante, el termómetro del GPS, algunos ratos marca los 42º, y el camino transita por zona casi desértica, ni una sombra, sólo arbustos y monte, por aquí tenemos nuevos encuentros con la fauna autóctona en forma de ganado bovino, que sí, que en la tele son muy bonitos y serán muy mansos, pero que cuando tienes que pasar a escasos centímetros de ellos encima de una bici, el miedo te sale por los poros.
Aquí empieza nuestro calvario del día, a pesar de llevar camelback, bidones y botellas de repuesto, nos lo bebemos todo, nos estamos quedando sin bebida y sin fuerzas, el desnivel es un constante sube y baja de cuestas, algunas ciclables y otras no, con el consiguiente descenso de la bici y subida a pie, el paisaje a lo lejos, engaña, porque se divisa el Embalse de Oriol, pero sin embargo no hay una población cercana ni forma de conseguir agua, vamos siguiendo el Camino Natural del Tajo, destacado por unos postes de madera con un letrero rojo, y que hace que aquí el GPS casi no sea necesario, pero pasamos nuestro peor momento en toda la carrera, no es cuestión de fuerzas, es cuestión de mentalizarse que no llevamos bebida y nos quedan 25 Km. aún bajo un sol abrasador, nuestro objetivo ya no es Alcántara, es llegar a una población anterior Mata de Alcántara, que se encuentra a 15 Km., mi hermano en un conato de locura, insta a que nos acerquemos a las casas de pastores que vemos por el camino, pero obviamente, todas están cerradas y sin ningún viso de tener agua por algún lado, así vamos racionando la última botella de Powerade que nos queda, hasta que a falta de 7 Km. y según el perfil del GPS, ya es todo bajada, nos bebemos lo último que teníamos y nos lanzamos a tumba abierta.
Llegamos al pueblo de Mata de Alcántara, y nuestra opción de emergencia, obviamente es pasar a un bar y pedir bebida para reponer líquidos, nos bebemos 2 coca colas y 2 cervezas con limón, en menos tiempo que el camarero en ponerlas, y pedimos agua para rellenar la camelback. Suficiente, como digo, creo que el problema además del líquido perdido, era mental, y esto nos recupera en ambos aspectos, así que los 10 Km. que nos faltan hasta Alcántara, los hacemos a todo lo que dan las piernas, y habiendo avisado a nuestros amigos, nos presentamos sobre las 5 menos cuarto de la tarde, es decir 6 horas y pico desde que salimos esta mañana, pero aún con 5 horas de margen sobre el cierre, y por supuesto, en el grupo de cierre de la carrera.

Etapa 7.- Alcántara.-

A estas alturas de la prueba, nuestros rituales ya son mecánicos, y la furgoneta incluso parece más grande, así que, Jose María se ocupa de las bicis, nuestras bolsas ya están fuera, cogemos la ropa y vamos a ducharnos y a comer un poco y beber un mucho, en esta ocasión tenemos a nuestro ángel de la guarda velando por nosotros, puesto que minutos antes, Juanchu y Tachen se comentan mutuamente si llevan la bomba de la bici por si pinchan, ¡sorprendentemente, ninguno de los dos la lleva!, así que se la echan a un bolsillo del maillot y circulando, que la etapa se las trae.
Nosotros, una vez refrescados por fuera, nos dirigimos al bar que hay cerca, para comer algo más consistente que no sea pasta, y tras el refrigerio nos dirigimos a la siguiente población.

Etapa 8.- Cedillo.-

¿Qué decir de este pequeño pueblo extremeño? Pues que además de ser muy pequeño, es la frontera con Portugal, y que por los comentarios de los compañeros que van llegando a meta, la etapa desde Alcántara, es tan bonita como dura, sino más, un constante rompe piernas y muy, muy técnico, así que si todos los compañeros están tardando sobre las 7 horas y media, nos lo tomamos con tranquilidad, porque esperamos que los nuestros aparezcan sobre la media noche. Así que decidimos descansar un poco, con el consiguiente sueño reparador, yo en mi colchoneta y mi hermano en el asiento de la furgoneta. Tras recuperarnos (es un decir) del cansancio, nos damos una vuelta por el campamento y hablamos con los compañeros, vuelvo a ver a Isidro y Ramón de Peralbillo, su compañero Juan Manuel, acaba de salir e Isidro me comenta que esta ha sido la etapa más dura con diferencia, temo por mis compañeros, me lo acaba de comentar un tipo que anda mucho en bici, y que están haciendo la prueba 3 corredores, o sea que si él, ha tardado 7,5 horas, estando más descansado, nosotros saldremos de aquí pasadas las 12; en fin, hablamos con los amigos de Mediaset, en su caso Rafa, que es el que está pedaleando salió 2 horas antes que los nuestros, pero Enrico, comenta la posibilidad de hacer la etapa nocturna juntos, por nuestra parte no hay problema, siempre será más entretenido, además según el perfil, será muy rodadora con mucho asfalto y por lo tanto, más aburrida.
Aprovechamos para ir a comprar unos bocadillos y meter algo de proteínas para el cuerpo mientras llegan, así gastamos el tiempo, hasta que a las 22,20 h. nos suena el móvil, están llegando...¡qué bestias!, alucinamos todos, se acaban de marcar una etapa durísima en 6 horas y poco, ha metido casi una hora a todos los compañeros que veníamos rodando en tiempo similares, y además cuando llegan nos cuentan que ¡Juanchu ha rajado la cubierta!, o sea, que ha sido proverbial echar la bomba de aire, porque no hizo falta hasta esta etapa, han solventado el problema sujetando la cubierta con bridas (eso lo aprendimos en el camino de santiago) y una cámara. Increíble, llegan con una sonrisa de oreja a oreja, nosotros ya estamos preparados, luces, cámaras (de repuesto) y ¡acción!.... un momento, Rafa aún no ha llegado, Enrico dice que no importa que se viene con nosotros, caemos en la cuenta que tiene que esperar a su compañero para el intercambio de pulsera, el caso es que entre unas cosas y otras, se forma un grupo de 7 corredores que esta vez sí, salimos todos juntos para afrontar la etapa nocturna más larga, 92 Km. y 6 horas por delante, son casi las 11 de la noche, a estas alturas el cierre de control está previsto a las 6 de la madrugada, así que todo dentro de lo previsto, 1 hora adelantada por etapa, salimos por una carretera que desciende hasta la central eléctrica que hace las funciones de frontera con Portugal y partimos con la oscuridad por delante, esta vez, Enrico (Mediaset), un chaval portugués (dorsal 352), Marcos (Corre i vola), volvemos a pedalear con Manolo de Castellón (228) y Chechu (C.C.Tordesillas), y por supuesto mi hermano y yo, ....me viene a la mente la famosa banda sonora de los 7 magníficos del maestro Bernstein.... en estos momentos, la temperatura es muy agradable, vamos por asfalto a buena velocidad y vamos hablando un poco entre todos, así que los kilómetros transcurren deprisa y sin muchas dificultades, pronto se abandona el asfalto y pasamos a pistas de tierra y piedra, esto hace que el grupo se frene un poco, y entre el polvo que se levanta a nuestro paso y los desniveles que presentan los caminos, a mí, personalmente me entra una pequeña neura y no voy cómodo, las piernas no me fallan, tengo fuerzas, pero la noche y el cansancio acumulado hace que no me encuentre bien, en esta ocasión, a diferencia del resto de etapas, sólo llevo mi viejo GPS, y aún así nos sirve para evitar dar algún rodeo, en algún cruce un poco liado, el problema además se agudiza por el dolor de culo (con perdón) que llevo a estas alturas, me hace ver las estrellas una dichosa rozadura, que por mucha crema que me ponga no he podido evitar, y los caminos empedrados hace que me acuerde más todavía de su existencia.
La etapa en sí, es un poco liante, mucho giro a izquierda y derecha, que unido a la nocturnidad, parezca que estamos en un laberinto sin ver si avanzamos mucho o poco, la única referencia es el cuenta kilómetros y el tiempo transcurrido, nos movemos por unos caminos agrícolas con vallas de piedra a media altura, y nos acompañan sin descanso los ladridos de los perros, algunos en la lejanía, otros cada vez más cerca, que acto seguido nos sirve como espuela para pedalear más rápido, en algún tramo de asfalto, Chechu da rienda suelta a su espíritu "carretero" y pone el grupo a 50 km/h durante un buen tramo, así avanzan los kilómetros que no veas, pero las fuerzas también se resienten y alguno se queda descolgado; hacemos un par de paradas técnicas, tanto para reponer fuerzas (estoy harto de las barritas) como para cambiar baterías a los focos o ponernos algo de abrigo que la noche está refrescando.
Así avanzamos hasta que cruzamos la pequeña población de Margem, aquí tenemos un pequeño puerto de 1 km. sobre asfalto en buen estado y una pendiente del 5%, aquí subimos a buen ritmo hasta coronar la cima, un pequeño parón técnico, llamada a los compañeros para decirles que estamos a 20 Km. pero que según el perfil todos son en bajada, y así sin más miramientos, plato grande, piñón pequeño y a tumba abierta, descenso fácil, pero no es tan alegre como creíamos, si bien es verdad que no hay subidas, la verdad es que una vez que desciendes el puerto es casi todo llanear, pero a estas alturas no nos vamos a asustar y seguimos con velocidades cercanas a 30 Km/h. aquí puede más las ganas de llegar para descansar que el hecho de rebajar el tiempo, creo que todos tenemos ya claro, que está conseguido el reto, sólo nos queda saber en cuanto tiempo lo haremos.

Etapa 9.- Ponte de Sor.-
Nos presentamos en el punto de control sobre las 4,30 h. de la madrugada, es decir, 5 horas y media desde que salimos de Cedillo, sólo hemos rebajado media hora sobre el límite horario, pero eso ya ha pasado a un segundo plano, ahora ya se pedalea para conquistar el objetivo, las fuerzas son las que son, y nosotros cuatro, particularmente, nos encontramos pletóricos, no voy a decir mejor que cuando empezamos, pero desde luego no tan mal, como vemos a algunos compañeros, unos ya han terminado porque forman parte de equipos de 3 o 4 bikers, pero algún otro como mi tocayo Manolo de Castellón, al igual que nosotros, aún le toca hacer una etapa más.
En Ponte de Sor, se continúan con los rituales, cambio de pulsera, compañeros que van a por su última etapa, ducha, recogida de enseres y nosotros a recuperar fuerzas a la zona de avituallamiento, unos voluntarios muy amables, nos dan a probar unos dulces típicos de la localidad, y a mí personalmente, me dan una “mini Sagres” que después de tanta bebida isotónica, me sabe a gloria, y que acompaño de un bocadillo de jamón york, así duchados y comidos, nos dirigimos al último punto de encuentro, la que será la etapa definitiva.

Etapa 10.- Coruche.-

El tránsito entre Ponte de Sor y Coruche, no me preguntéis cómo lo hicimos que no lo sé, bueno, sí, yo lo hice dormitando y cansando a José María con mis preguntas....dormía, preguntaba si iba bien...volvía a dormir, me despertaba de nuevo y le volvía a preguntar...así hasta la saciedad, no sé como no me dejó en una cuneta tirado, eso por mi parte, mi hermano, creo que no acabó de cerrar la puerta y ya iba durmiendo en el asiento de atrás.
Llegar a Coruche, y sacar la colchoneta para dormir, también fue visto y no visto, así hasta las 8 de la mañana que me desperté, claro, si hacéis cuentas, llegamos con la bici a las 4,30, ducha, come, habla, recoge y llega a Coruche, o sea, que dormí seguidas la friolera de 1,5 horas......
En fin, amaneciendo y con buen humor me fui a los vestuarios a asearme y ponerme en guardia para la última etapa, en la zona de avituallamiento tenían un bizcocho fantástico y en un suculento chocolate de máquina que había lo mojé y desayuné como un príncipe. Acto seguido, me guardé unos dátiles y un par de sándwiches para la siguiente etapa ¿había dicho que estaba harto de las barritas?, me prometí a mí mismo, no tomar una barrita hasta después de navidades.
Despierto el grupo, nos llaman nuestros amigos, ...están llegando, una etapa muy rodadora, sin desnivel y sólo 75 Km. así que en 4,5 horas se plantan allí, por su parte han acabado esta prueba, ahora nos toca a nosotros rematar la faena.
En esta etapa salimos con Gaspar del equipo de Mediaset, la mañana está fresquita pero despejada y la euforia va haciendo acto de presencia, tenemos los últimos 94 Km. para acabar la prueba y con tiempo suficiente para recrearnos en ello, pero por el contrario, las ganas de finalizar hacen que volemos sobre el asfalto portugués.
Cambio de terreno, ahora circulamos por unas pistas enormes entre campos de eucaliptos, la única dificultad, son  algunos bancos de arena que existen y que hacen que Gaspar aterrice de forma, vamos a llamar, poco ortodoxa, sin consecuencias a destacar, seguimos rodando, casi todo es buen firme, se combina el asfalto con la pista, aquí no hay nada técnico, y tras pasar por la población de Muge cruzamos al otro lado del río Tajo/Tejo por un llamativo puente metálico a la pequeña localidad de Morgado, por aquí el terreno es igual, la elevación nula, todo llano y rodamos con velocidades altas, avanzamos por zonas conocidas por mi hermano y por mí del Camino de Santiago Portugués, salvo que en dirección contraria, paralelos al río y disfrutando tanto del día como del paisaje.
Llegamos a un punto, donde se encuentra la única dificultad de la etapa, una verja cerrada con un candado, la organización envió a ultima hora una modificación del recorrido, suponemos que para evitar esto, pero entre unos y otros, no tomamos nota de ella, así que la opción es, retroceder hasta encontrar un camino que bordee la verja, o hacer lo que hicimos, trepar por la muralla hasta el otro lado, y entre los 3 pasar las bicis por lo alto, así solventamos el obstáculo y avanzamos hasta la localidad de Azambuja, donde enlazamos con la carretera nacional y ahora sí, esto es rodar y rodar.
En un momento dado, nos adelanta un ciclista de edad avanzada con bici de carretera y me pongo a su rueda, acto seguido, me siguen Gaspar y mi hermano, el aire en contra y el señor que nos marca una velocidad de 35 km/h. pegados a su rueda, sin cansarnos mucho, hacemos los 12 Km. más fáciles de toda la etapa, lástima que el track, nos desvía a la izquierda para coger pistas secundarias y abandonar la carretera, así llegamos a Vilafranca de Xira, donde callejeamos un poco para atravesar la población y volvemos a la Nacional....donde ¡oh Dios mío! Nos reencontramos con nuestro amigo de la bici de carretera, pero esta vez, le dejamos ir, porque paramos a avisar a nuestros compañeros de nuestra inminente llegada, y la idea es que todos juntos crucemos la meta.
Por mucho que pedaleamos, la llegada se hace eterna, hay que recordar que aunque sean los últimos, los 94 Km. de la etapa hay que hacerlos y parece que no llega nunca el final, y sobre todo y lo más molesto, las dichosas rotondas que tenemos que cruzar con un tráfico intenso que nos obliga a parar y arrancar más veces de las que nos gustaría. Así llegamos a Povoa de Sta. Iria, Sacavem y por último Moscavide, donde volvemos a callejear, hasta que divisamos la zona de aparcamiento y a nuestros compañeros esperando para cruzar todos juntos la meta.
No está mal, casi 400 Km. en las piernas y la última etapa la hemos hecho en 4 horas y algo, el ansia por llegar nos ha dado las últimas fuerzas y una vez que estamos todos juntos, los últimos 2 kilómetros que faltan hasta el arco de meta, nos lo tomamos con tranquilidad, como saboreando lo que acabamos de hacer, recordando días no muy lejanos cuando partíamos de este mismo sitio en otra dirección, y sobre todo, con una inmensa satisfacción por haber logrado lo que en principio estaba catalogado como “la prueba más larga y dura del mtb”.
Línea de meta, nos unimos por equipos, mi hermano con el otro José Andrés, Juanchu conmigo, y así pasamos los 4 bajo el arco de meta, donde ya nos está esperando José María, él también se lo ha merecido, ha sufrido con nosotros, nos ha ayudado, nos ha aguantado, él es el quinto integrante de este gran equipo y todos nos fundimos en abrazos y reconocimientos mutuos.
Se agradece el masaje que nos dan los fisios que estaban puestos por la organización, ahora nos toca el turno de las fotografías, de los comentarios, de saludar a los compañeros que están por ahí, por supuesto los de Mediaset, que hemos hecho juntos las 3 últimas etapas, pero también los de la Fundación Josep Carreras, que habían llegado un poco antes, y sobre todo, disfrutar y empaparnos de las sensaciones del momento, han sido 50 horas de pedaleo ininterrumpido, han sido 2 días y medio casi sin dormir, comiendo a deshoras, hemos sometido a nuestro organismo a un desajuste brutal, pero sobre todo, hemos logrado nuestro objetivo....llegar y disfrutar; como dice un buen amigo, lo principal de un viaje no es llegar a tu destino, sino disfrutar mientras lo estás haciendo, y sin ninguna duda nosotros lo hemos hecho con creces.

Etapa 11.- Las conclusiones.-

Todas positivas, unas de mayor intensidad que otras, pero vamos por partes:
Técnicas: Importantísimo en una prueba de este tipo, llevar la bici totalmente revisada y en perfecto estado, el desgaste al que se le somete en muy poco tiempo y debiendo ser totalmente autosuficiente entre etapa y etapa, tiene la importancia suficiente como para que pueda ser decisivo si se acaba o no la prueba. En equipos de 3 y 4 corredores, puesto que se pueden organizar la etapas en función de las características del corredor, también se puede elegir (quien tenga la opción) de abrir el eterno debate, 26”, 27,5” o 29”; en nuestro caso, como era una etapa sí y otra no, no teníamos estrategia alguna más allá de etapas pares o etapas impares, porque lo que sí se antoja un suicidio es realizar dos etapas seguidas.
Imprescindible, repuesto para las bicis, por lo anteriormente comentado, tampoco es que haya que llevarse un taller, pero lo más habitual, cámaras, cubiertas, eslabones de cadena, y algún cable por si acaso, y bridas de plástico, que siempre vienen bien;  en nuestro caso no hizo falta nada más que una cámara y una cubierta, pero con tantos kilómetros nunca se sabe.
La orientación es otro punto fuerte, si corres con la media del pelotón, podrás orientarte con los compañeros que te preceden o dejarte llevar por los que te adelanten, en nuestro caso,  como ya partíamos con desventaja desde la primera etapa, no teníamos más alternativa que seguir el track del GPS, en mi caso, hice caso de un consejo que leí en algún sitio, y que recomendaban llevar 2 GPS, y así hice, la verdad es que es una idea muy buena, cada uno con distinta escala y así, con uno podías ver la trayectoria de un simple vistazo, y el otro lo llevaba con más detalle para los cruces conflictivos, usé el Garmin 810 de mi amiga Eva, y mi viejo Garmin Legend Etrex, que sigue cumpliendo su función con creces.
Logística: Obviamente, todo depende del presupuesto, como he mencionado, la mayor parte de las asistencias eran auto caravanas, creo que es muy necesario para descansar, además del plus de comodidad que te facilita el mayor espacio, y sobre todo, lo que hemos echado en falta, no solo poder dormir, sino, tumbarte a relajar las piernas, sin embargo, para equipos de 3 y 4 corredores, es perfecta, pero para un equipo de 2 corredores, realmente la ventaja disminuye, puesto que el tiempo de descanso se limita a lo que tarde tu compañero en realizar su etapa correspondiente, aun así, obviamente, cuanta mayor comodidad, mejores sensaciones de descanso se obtienen.
Lo del fisioterapeuta, ya es un lujo, aunque la verdad si no tienes ninguna caída o lesión, entre etapa y etapa, las piernas, al menos por nuestra parte, no se han resentido demasiado.
Y por supuesto, la furgoneta, cuesta entre 4 y 5 etapas coger los hábitos mecánicos de poner y quitar trastos y maximizar el espacio que tienes, y cuando ya funciona es cuando se acaba la carrera, pero es la opción B, y también sirve.
Lo que sí es muy, muy importante, es la asistencia de un conductor, al menos en equipos de 2 corredores, por cuestiones obvias, según avanzan las etapas, el cansancio se acumula, y honestamente, si no hubiéramos tenido a nuestro amigo José María para tal función, se antoja incluso peligroso conducir con el desgaste físico  que teníamos encima.
Organizativas: La organización, perfecta, pero una vez empezó la prueba, porque si de algo adoleció fue de falta de información de manera anticipada, no es de recibo que una prueba tan larga, los tracks de la ruta los pasaran 48 horas antes, cuando además no coincidían los datos con los que previamente nos habían facilitado; además, apareció la dichosa aplicación para los Smartphone que era “obligatoria”, y que no funcionaba, ni todo lo bien que era necesario, ni en todos los móviles, haciendo que aumentara nuestro nerviosismo, puesto que no se nos indicó si eso era motivo de descalificación o no. Pero salvo esos problemas, todo funcionó a la perfección, asistencias médicas en variados puntos a través de ambulancias, estaciones de control y avituallamiento muy profesionales, amables con los participantes y sin escatimar nada, perfecto el control a través de las pulseras identificativas, y funcionamiento extraordinario de los chips de control, tanto de la bicicleta como de la pulsera para los relevos. El avituallamiento de cada estación le correspondía a la localidad organizadora y también fueron abundantes y variados, de los que no podemos tener ninguna queja, y eso que nosotros éramos de los que iban cerrando “barras”.
Personales: Evidentemente muy satisfechos, si nuestro objetivo al inscribirnos, simplemente era acabar, nuestro miedo era que nuestras fuerzas no dieran de sí lo suficiente para superar los cierres de control, con el paso del tiempo y una vez publicados los horarios, el miedo a las fuerzas se fue diluyendo y apareció el temor a las caídas y/o averías, o bien a la climatología, hay que destacar el buen tiempo que nos acompañó, si hubiera llovido, estaríamos hablando de otra historia totalmente diferente, y no para mejor.
Con el paso de las etapas, los nervios desaparecen, las fuerzas van disminuyendo, pero a su vez, las ganas y la ilusión van en aumento, a partir de la mitad de la carrera, ya no contemplas la opción de retirarte ni de abandonar, te sientes como un auténtico Gigante que puede con todo lo que te echen para luchar, hasta que llegas a un punto en que sabes que salvo una desgracia mayúscula vas a superar esta prueba, eso se respira también en el ambiente con los compañeros, el cansancio se mezcla con la euforia y tu subconsciente sabe que ya eres un Finisher, mientras pedaleas usas todas tus fuerzas, tanto físicas como mentales, para seguir avanzando, sobre todo en las etapas nocturnas, te acuerdas de las horas de entrenamiento, te sirven las experiencias de otras carreras, como el Soplao, la Titán de la Mancha, el Camino de Santiago, y sobre todo, te sirve de ayuda, saber que hay personas que están detrás de ti apoyándote y esperando que cumplas con el objetivo; no me importa reconocer públicamente que me sirvió de motivación extra en los malos momentos, acordarme de nuestro apoyo solidario a la Asociación de Mucopolisacaridosis de Castilla La Mancha (MPS), de nuestro amigo Andrés y su familia, y de tantos como ellos, que luchan y pelean diariamente para seguir adelante, cuando eso te pasa por la cabeza, te comes el mundo, da igual las cuestas, las trialeras o lo que te duelan las piernas, sigues pedaleando como un demonio para seguir avanzando.
      Y la llegada a meta, ¡apoteósica!, no se necesitan grandes multitudes aclamándote, sólo se necesita un arco de meta bajo el que pasar, y lo demás sale por sí solo, el cansancio, el sueño, el dolor, todo desaparece en un segundo y te unes a tus compañeros en un abrazo y en una sonrisa que no se puede describir con palabras, solamente hay que estar ahí, para comprenderlo. El objetivo cumplido, la aventura realizada, la odisea terminada, ahora a descansar y a aburrir a los compañeros con las batallitas, pero en tu interior, aunque haya sido posiblemente la prueba más dura que has hecho, ya están pensando….y el año que viene ¿volvemos?

Por último, muchísimas gracias a nuestros colaboradores/patrocinadores, el Excmo. Ayuntamiento de Campo de Criptana, www.santafixie.com, MPS Castilla La Mancha, www.Intermagister.com, y por supuesto, a nuestros compañeros y amigos del MTBGIGANTES y a nuestras familias, que nos soportan, apoyan y sufren nuestras ausencias.

Manuel Carrasco