miércoles, 22 de septiembre de 2010

TITAN DE LA MANCHA 2010

Titán de la Mancha 2010


Sábado, 18 de septiembre de 2010, hora 3,00 a.m. de noche por “todo el mundo”, y yo en pie, metiendo en una bolsa, ropa, barritas energéticas, cámaras de repuesto, focos para la bici, la camelback, el gps, la cámara de fotos, y unos sándwiches de jamón y queso, y os preguntareis ¿qué hace este loco a estas horas intempestivas? Pues muy sencillo, me preparo para ir al punto de encuentro del día “D”, es decir el día De La Titán de la Mancha, en su segunda edición, porque, al parecer no escarmentamos del año pasado, y unos cuantos “majaretas”, más otros añadidos, vamos a repetir la hazaña, o al menos, a intentarlo.
El caso es que aparezco sobre las 3,30 h. “hora zulú” (siempre quise decir eso, jeje), en el aparcamiento de la Plaza de Toros de Alcázar de San Juan, donde hay un movimiento de gente inusual, a estar horas lo más fácil es que te encuentres gente pegada a una botella o similar, pero en nuestro caso, lo único que se ve, son bicicletas de montaña con sus respectivos dueños, algunos cual luceros en la oscuridad, alumbrando con su frontal, otros preparando sus monturas y sus accesorios, es la hora de los saludos a los amigos, Basky y Bernardo de La Solana, Marcos (markievic), Clemente y Félix de Bolaños, Luis, Agustín, David, Teo, Rubén, etc, de Alcázar, Meme y Javier del Altillo de Rivas, Joakin de Valdemoro, Juanan (pulebielas) de Quintanar y cómo no, Fran el “alma Mater” de la odisea, la cabeza “no pensante” pero sí culpable de que alrededor de 40 personas todas en su sano juicio, aunque no lo parezca, estuviéramos a punto de hacer un recorrido circular por una zona de la Mancha de 220 kilómetros aproximadamente.
Después de los preparativos y de acoplar nuestras bolsas en la furgoneta de apoyo, cedida para la ocasión por “pulebielas” nos dirigimos al punto oficial de partida que no es otro que la Playa Mayor de Alcázar, donde nos hicimos la foto oficial de grupo, a destacar que entre nosotros había 2 Titanes del género femenino, a las cuales desde aquí les expreso mi más sentida admiración por su valentía y su pundonor, para que conste que llevar a cabo una hazaña de estas características no es sólo cuestión de físico, sino de voluntad y determinación.
Salimos con la noche oscura, después de las lluvias del día anterior, la temperatura era lo suficientemente baja como para abrigarse, y quien más y quien menos hizo uso de cortavientos, chaquetas de invierno, impermeables y prendas similares, circulamos en grupo por las calles de la población, para dirigirnos a la pasarela elevada peatonal que cruza las vías en dirección a Quero, y una vez en el camino, con las sombras a nuestro alrededor, era una bella estampa, la aparición de las luces de 40 bikers que recorríamos esos caminos sin otra pretensión que pasar un día entero dando pedales entre compañeros, y que con el devenir de los kilómetros acabaríamos abrazados unos a otros en nuestra finalización.
El hecho es que parecíamos un enjambre de luciérnagas moviéndose de un lado a otro, miraba hacia atrás y se veían luces blancas, hacia delante, luces rojas, todas siguiendo el mismo recorrido y el murmullo de las conversaciones de fondo, junto con la tranquilidad de la noche, a mí que me encanta la oscuridad y salir de noche, fue de los momentos que más disfruté, bien es verdad, que visto el calibre de algunos focos que llevaban los compañeros, ya puedo pedirle uno más potente a los reyes, que el mío parecía de juguete. No sé si yo es que soy muy de campo, o qué, pero esos momentos en los que estás solo (es un decir) con la naturaleza, son de los que más disfruto. En estos momentos iba charlando con el amigo Marcos, sobre nuestras experiencias, sobre lo divino y lo humano, en fin, pedaleando tranquilamente a un ritmo muy llevadero y disfrutando de la mañana, así hasta que llegamos a Quero, pasamos por la población vecina como una procesión de la Santa Compaña, imagino que a esas horas nadie le dio por asomarse a vernos, pero si hubo alguien que lo hizo medio dormido, pensaría que estaba soñando y volvería a dormir, el caso es que salimos de Quero, en dirección al río, casualidades de la vida, ese camino es el que dentro de 15 días me llevará también en mi peregrinar hasta Santiago de Compostela, así que lo tengo bastante rodado, hicimos una pequeña parada de agrupamiento al lado de unos cortijos de ganado, supongo que fue una decisión cultural/olfativa para que los de fuera comprobaran los efluvios del ganado ovino, porque no era precisamente a rosas el olor que teníamos allí, en fin, como sólo fue un momento no hubo que lamentar ningún contratiempo y nos fuimos buscando nuestra próxima población, Madridejos.
Fuimos bordeando el río Giguela en un bonito camino con arboles a los lados, hasta que lo cruzamos y giramos a la derecha y ahí empezó el calvario del día, el camino ascendía una pequeña cota, que subimos sin problemas, pero claro, más adelante nos adentramos en los Humedales de Villacañas, que en primavera están muy bonitos, con sus flamencos, sus sisones y otras aves zancudas, pero aquí, de noche, con las lluvias de los días anteriores, eso fue una emboscada en toda regla, cuando nos dimos cuenta estábamos de barro hasta los ojos, al principio intentamos seguir rodando, pero según se avanzaba, cada vez era más el barro que se acumulaba y con el paso de tanta bici, se levantaba cada vez más y llegó un momento que todos a patita y casi sin poder llevar la bici porque estaba totalmente embarrada, por supuesto de poner los pies en los pedales y usar el cambio ni hablamos, lo peor no fueron los 200 metros, lo peor es que la zona que nos esperaba por delante era de una tierra similar, íbamos en busca de la Cañada Real Soriana, pero cómo nos la encontraríamos, y sobre todo a qué precio, así, que se impuso una vez más el buen juicio de Fran, que optó por efectuar un rodeo por la carretera y dirigirnos a Consuegra por la carretera CM400, que va de Alcázar a Madridejos, así que pusimos rumbo a Villafranca, donde hay un lavadero y poder limpiar las bicis, puesto que el día es muy largo y son muchos los kms. Que aún nos quedan. Aquí se produjo una pequeña desbandada y todo el mundo parecía que estaba deseando salir a la carretera puesto que el grupo se fraccionó en otros más pequeños que fuimos llegando al lavadero, donde el amigo Joakin, se puso las botas lavando bicis y así entre todos fuimos adecentando de nuevo las “burras” para la jornada que nos espera.
Resumiendo, son las 7 de la mañana y estamos a 20 kms. De Consuegra, cuando deberíamos estar ya allí, así que con el sol aún desperezándose pusimos rumbo a los molinos de Consuegra por la carretera comarcal, cruzamos Camuñas y Madridejos y con una hora de retraso sobre el horario previsto, hicimos nuestra primera parada del día para avituallarnos. Allí abordamos un bar, que creo que Fran había hablado el día anterior advirtiéndole de la inundación que iba a sufrir, y junto con la furgoneta de apoyo, repusimos fuerzas dispuestos a afrontar nuestra parte más dura del recorrido, la subida a los molinos de Consuegra y cruzar posteriormente la Sierra Luenga de los Montes de Toledo en dirección a Fuente el Fresno, sitio de la próxima parada.
Así después de un Cola Cao calentito, quitar lastre soltando los focos de la bici y reponiendo fuerzas con los chipicaos de PAPERO (Toni, muchas gracias, qué grande eres) como digo iniciamos la subida a los molinos, de punta a punta, subimos por la carretera asfaltada y nos dirigimos al último de los molinos para descender por la parte más divertida de toda la ruta, una senda/trialera en la que tuvimos que pasar en fila de a uno, aquí despedimos a una de nuestras dos Titanes femeninas, la novia de David (no recuerdo su nombre, lo siento) que tenía que descansar por la tarde para que el “trasto” de su novio pudiera hacer una cicloturista al día siguiente….en Asturias (este chico se lleva la palma de todos los “zumbaos”).
Así que somos uno menos, pero todos con ganas, y nos lanzamos en pos de los kilómetros para continuar, por aquí ya cambia el terreno, y parece increible, pero no hay ni un maldito charco, el terreno está totalmente seco, con lo que ello conlleva, la aparición de pinchazos, y después de ir hablando tranquilamente con Clemente, no sé cómo pero el caso es que de repente Clemente se distancia, nos quedamos Felix (otro Abrojo) y yo, a nuestra marcha siguiendo a distancia a otro grupo, pero mira por dónde, en una pequeña curva, de repente, no hay nadie delante nuestro, seguimos avanzando, por el camino de Consuegra a Puerto Lápice, hasta que llegamos a un cruce donde ni vemos a nadie, ni hay rodadas de bici, ni nada de nada, nos esperamos, porque por detrás viene Agustin con un walkie, en teoría en contacto con Fran en cabeza, pero que con la charreta con los amigos, pues eso… nos hemos perdido. Allá que nos encontramos Luis, Agustín, Marcos, Rubén, los 4 astuarianos, un compañero del Quickstep que no recuerdo su nombre y yo, en tierra de nadie, con el cerro Mingoliva como testigo mudo y walkie en mano, amenaza de Fran mediante, resulta que debíamos girar a la derecha unos kms. Más atrás para ir a buscar la Ermita de Valdehierro, así que para no retroceder y puesto que yo llevo el GPS, vamos siguiendo los caminos hasta encontrar la carretera que nos lleva a la ermita, donde nos están esperando, resumiendo que hemos hecho 5 kms. de más, ¡joder qué bien! Encima vamos a hacer la “Titan Extended Version”, pero bueno, como aún no nos duelen las piernas ni hemos cruzado el ecuador de la teórica distancia, pues qué le vamos a hacer, pues sí, seguir pedaleando todos juntos en busca de Fuente Umbrión, toda esta zona es conocida, y muy llevadera por la belleza del paisaje y por los ciervos que campan a sus anchas y que en ocasiones vemos triscar por el monte, hasta que llegamos a la Fuente y nos volvemos a reagrupar, más que nada para avisar que ahora viene una subida pronunciada y que la bajada termina en la carretera de Urda a Villarrubia, donde nos volveremos a “amontonar” para asegurarnos que nadie se pierde, así que me voy acordando que hace un mes escaso, anduvimos por aquí y se me hizo dura la cuesta, y esta vez la voy a volver a subir, pero con 90 kms. ya en las piernas ¡hay que joderse! Siempre hay un día peor… pero bueno, con mi ritmo y sin pausa enfilo la cuesta detrás de Marcos y Meme, durante unos momentos coincido con Andrés, un asturiano que va con calambres y lo está pasando fatal, le recomiendo que levante un piñón y que cuando paremos haga estiramientos, y se queda detrás, llego a la cima y me lanzo, como es habitual en mí, a tumba abierta, ¡mecagüenlaleche! Mira que he bajado veces por ahí, y siempre me pasa lo mismo, en una curva cerrada a derechas casi termino en el cortafuegos, me libro por los pelos, pero me hago con la bici, y sigo descendiendo, al buen rato adelanto a Meme (esta también baja sin miedo) porque me ha costado trabajo pillarla y nos unimos a Basky y su compañero que van con cautela porque al parece le ha entrado agua en el eje de la rueda trasera y no se fía mucho de que esté bien; así llegamos a la carretera, donde aprovechamos para comer algo y hacer recuento de bikers, salvo una pequeña caida y un par de sustos, nada preocupante, así que a seguir hasta Fuente el Fresno, donde haremos otro avituallamiento.
Seguimos un par de kilómetros por la carretera, tras un pequeño repecho, todo bajada y así subimos la media que da gusto, hasta que giramos a la derecha y seguimos por un camino muy amplio y de buen firme, tras un pequeño parón por un pinchazo (y van…) el grupo se divide en dos, con el fin de llegar a Fuente el Fresno que lo tenemos cerca, y eso hacemos, unos pocos se quedan con el pinchado y el resto avanzamos hasta la plaza mayor de Fuente el Fresno, donde aparece la furgoneta de apoyo, para volver a recuperar fuerzas, si en la primera parada dejé el foco, ahora dejo la chaqueta y el cortavientos, porque el día no sólo ha mejorado sino que incluso hace un calor casi estival. Y hete aquí que hago un descubrimiento, más vale tarde que nunca, el track de la ruta completa resulta que lo tengo grabado en mi GPS, si lo hubiera visto bien antes de perdernos… pero es lo que hay, ya no hay remedio, al menos ahora ya tengo un plus de ánimo, jeje, ya no me voy a perder (otra cosa es que me despiste, que pasará) pero al menos ya sé por dónde vamos a ir. Aquí tenemos que hacer uso por primera vez del botiquín, porque Rubén se ha caido a la entrada haciendose unos arañazos en brazos y piernas, si bien, sólo queda en eso, arañazos más o menos grandes, pero nada importante y puede seguir con nosotros. El que no sigue, pero por voluntad propia, es Agustin, que le cede el walkie a Rubén y se quedará con nosotros pero como coche de apoyo, (otro aplauso para ti campeón).
Siguiente tramo, ahora salimos alrededor de la una del mediodía en dirección a Malagón por un camino que transcurre casi paralelo a la N401, aquí como no, también hay pinchazos, calambres y hasta le da tiempo a Germán (de Illescas… bueno de Griñón) a cambiar la pila al cuentakilómetros, eso es previsión y lo demás tonterías, porque vamos, a mí no se me ocurre llevar una pila de repuesto para el cuentakms. ni en mis mejores sueños, y sin más contratiempos atravesamos la población de Malagón, ahora sí, nuestro último tramo hasta la zona donde pararemos a comer, el recorrido vuelve a pasar por zona de río, esta vez cruzamos el Guadiana, que mira por dónde, lleva agua y todo, y se nota porque hacen acto de presencia algún charco que otro, pero sin nada importante que reseñar. Y llegamos a la Ermita de la Encarnación, patrona de Carrión de Calatrava y en esta ocasión nuestro lugar de relax, esparcimiento y recuperación de fuerzas.
Aquí parece que ha caido una bomba, todos desperdigados comiendo, el chiringuito que hay, nos sirve para beber algo distinto a las isotónicas y al agua que llevamos todo el día trasegando, y los refrescos y alguna cerveza que otra hacen acto de presencia, para no variar con el resto del día, acordamos que estaremos menos tiempo del previsto con el fin de recuperar un poco el horario ya de por sí retrasado, y gracias a los coches de apoyo que nos preparan un café con leche condensada que hace que nos sintamos como auténticos privilegiados después de la comida. Y como quien dice, con el bocado en la garganta, nos preparamos de nuevo, en mi caso, supongo que a los demás también, noto en mis posaderas el tiempo que hemos estado bajados del sillín, y hasta que caliento otra vez salva sea la parte, paso unos minutos complicados, el hecho es que salimos en dirección al parque nacional de las Tablas de Daimiel, con un buen firme y el sol apretando de lo lindo, los kilómetros acumulados hace rato que dejaron de tener su importancia, puesto que ahora ya hemos superado con creces el punto de no retorno, todos tenemos en mente, que ya está casi hecha la hazaña, que ya es más fácil terminar que dejarlo a medias, y eso hace que la euforia se haga notar y el ritmo del pelotón se aumente yendo en dirección a la Ermita de la Virgen de la Sierra, tras un pequeño parón para reagruparnos llegamos a la carretera de Villarrubia con Fuente el Fresno, que la cruzamos para iniciar la subida, pues bien, aquí sufro mi primer pinchazo, subía acompañado de Clemente, que aprovechaba para hacer fotos, puesto que iba sobrado de fuerzas y sabía que hacerme una foto en una subida, no le iba a salir “movida”, el caso es que tuvimos que cambiar la cámara por una nueva, gracias también a la ayuda de Rubén, pero que con las bombas de juguete que llevamos, no somos capaces de inflar la rueda con presión suficiente, pero bueno, con el poco aire que le ha entrado, soy capaz de llegar a la ermita a ver si llega la furgoneta de apoyo que lleva una bomba de pie, que he dejado yo; pero como dicen en la tele, cosas del directo, la furgoneta no subirá hasta allí, nos esperan en Villarrubia y la senda que nos espera tiene bastantes piedras y no me fío de si aguantará mi rueda sin pegar un “llantazo”, menos mal que otro compañero, lleva una bomba de las de verdad, y en 2 minutos, vuelve a meter presión a mi rueda, para que pueda continuar por el recorrido oficial, así que salimos de nuevo por la senda que lleva a Villarrubia cruzando la ladera de la Sierra en todo su esplendor, esta zona también la conozco y se disfruta de lo lindo, subidas y bajadas cortas, con piedra suelta para poner atención y para ir a tope, si es que se puede ir a tope con casi 200 kms. en las piernas, alguno (Clemente) de tanto como disfrutó perdió el bote de agua y no se enteró, menos mal que Rubén iba cerrando el grupo, no se le pasaba una y lo recogió; fin de la senda, salimos a un camino amplio dirección a la carretera, y esta vez hacemos un pequeño salto, en vez de cruzarla y seguir por camino, nos vamos directos a la población por dicha carretera con el fin de adelantar un poco, aquí tenemos nuestro último avituallamiento, se nos advierte que lo que queda es una subida muy dura, así que hay que reponer fuerzas, y una vez cruzada la sierra sólo nos queda llanear hasta llegar a Camuñas, el tiempo se nos echa encima, son casi las 7 y vemos que se nos hace de noche, así que nos ponemos en marcha y a un ritmo vivo, y es cuando empieza el pequeño caos que se hizo al final, con los dichosos pinchazos el grupo de estira, con la cuesta del Alto de los Campanarejos, que subo también acompañado de Clemente, y que resultó muy técnica y no sé si la más dura del día, pero obviamente, después de lo que llevábamos a mí me lo pareció, hizo que el grupo se partiera en dos, bueno, al final, casi en 3 o 4, porque un grupo tiró hacia delante para llegar a Camuñas, y otros nos quedamos detrás, de los cuales, Marcos (el asturiano del walkie), Meme y yo, seguimos a nuestro ritmo mientras los demás arreglaban un pinchazo de Joakin, que entre los pinchazos y la caida que tuvo (sin consecuencias, eso sí), al final no ganó para sustos, y mira por dónde, en un cruce me paro a comprobar el GPS, Marcos y Meme siguen para adelante, y cuando me doy cuenta que nos hemos equivocado de camino, ya están muy lejos y no me oyen, así que, como se suele decir, a tirar por la calle de en medio, pillo a Meme, le comento la situación y vamos a por Marcos, este llega un momento que se da la vuelta y es cuando lo pillamos, porque el camino “desaparece”, así que una clase práctica de cómo usar el GPS y nos dirigimos al cruce de la Autovía, eso sí, por caminos que no tienen nada que ver con el de la ruta, y entre tanto, nos avisa Fran por teléfono que otro asturiano, también se iba derecho a casa en bicicleta, que se había perdido, vamos, el caso es que cuando llegamos al puente, nos reagrupamos todos, los 12/15 que cerrábamos el grupo y nos dirigimos a Camuñas, donde estaban esperando el resto, al llegar nos enteramos de la caída de “motorperkins” por un enganche tonto casi entrando en el pueblo, que aunque le hacen una cura en el lugar, lo tienen que llevar al ambulatorio para estar más tranquilos, la putada del día… en fin, puesto que la noche se nos ha echado encima y estamos todos juntos, y sin saber cómo estarán los caminos por la zona de Villafranca, optamos por montar un dispositivo de “emergencia” y con el coche de Javier delante y la furgoneta de apoyo detrás, y los que aún tienen batería con los focos puestos y casi todos con el pilotito trasero encendido, nos lanzamos a la carretera directos a nuestro destino, peeeero, obviamente al ir a salir, uno con la rueda pinchada, así que, nos toca esperar de nuevo hasta que la arreglan y ahora sí, salimos a la carretera, en esta ocasión volamos, parece mentira pero después del día que llevamos, se rueda a buen ritmo, el coche de delante se anima y tira hasta casi perdernos, me emparejo con Felix para ver si avanzamos y pillamos a alguien que va en “tierra de nadie” con un foco y por si pillamos al coche, cual es nuestra sorpresa, cuando vemos que quien va delante solo, mejor dicho sola, es Meme, que no ha logrado hacer que el coche levante el pie y se ha quedado descolgada, ahora sí, en la entrada de Villafranca nos volvemos a reagrupar y junto con un coche de Protección Civil, que nos está esperando salimos todos en grupo de nuevo, la noche ya es cerrada completamente, no veo el cuentakms. pero rodamos rápido, me pego a Pule un rato por el hecho de que él sí lleva foco y se ve algo más, así hasta que en el término de Alcázar de San Juan, aparece la Policia Local con 2 estupendas motos y sus antorchas, que nos escoltan también, al final, visto desde fuera debemos ser una comitiva muy peculiar, así llegamos a Alcázar, la euforia y el entusiasmo se nota en el ambiente, quien más y quien menos está emocionado, le indicamos a Meme, que se ponga delante del grupo para entrar en la población, porque hay que ver el valor que tiene, algo que los que la conocemos ya sabíamos, pero que ha sido el asombro de aquellos que no sabían de lo que es capaz esta chica y la felicitan y dan la enhorabuena según va adelantando al grupo.
Nos dan una vuelta, entrando por la carretera de Herencia, Avenida de la Constitución, por el Arenal y por fin la Plaza Mayor, en todas las calles, la gente nos animaba y nos aplaudía, pero la entrada en la plaza fue triunfal, las terrazas de los bares que estaban a rebosar, aplaudiendo y la gente vitoreando, eso es algo que te hace sentirte muy bien, y que se te pasen las penalidades del día, dejar la bici en el suelo y abrazarte a los compañeros fue todo uno, palmaditas, abrazos, apretones de manos, sonrisas, fotos, en fin, un momento de gloria que reflejaron las cámaras de la televisión local, que estaban esperándonos, junto con el Alcalde de Alcázar y algunos familiares.
Mi bici, llevaba la rueda trasera deshinchada, aunque afortunadamente me dejó terminar y tuve la presión suficiente para ir a la furgoneta, al final, los que no pincharon fueron Felix y Clemente de Bolaños, va a ser cierto, eso de que los del Club Los Abrojos, tienen un pacto tácito con sus homónimos para no atacarse mutuamente, porque aún no he ido a una ruta donde pinche alguno de ellos.
Y como anécdota particular, cuando me volvía hacia la plaza de toros con la bici y la mochila cargada, decidí acortar por la calle Dr. Bonardell que como sabréis está en obras y tuve que ir por la acera, pues bien, una familia con sus hijos pequeños que iban delante, yo sabiendo que era quien lo hacía mal, no quise ni decirles nada y frené para ponerme a su ritmo, y sin embargo el padre al verme, cogió a sus hijos, los apartó para dejarme paso y les dijo, “dejad que pase la bici, que viene UN TITAN”, ¿me creeis si os digo que me puso la piel de gallina?.

Conclusión, una jornada épica, una jornada increíble, una jornada histórica, donde peleamos contra el barro, el viento de cara en algún tramo, los desniveles orográficos, los pinchazos, alguna pequeña avería y sobre todo, los más de 220 kilómetros que recorrimos, pero que en estas ocasiones hace que te unas a los compañeros más que en cualquier ruta, que te sientas parte de un grupo de “locos” amantes del MTB y de la naturaleza, que disfrutes como un chiquillo de un día tan especial y sobre todo, que el compañerismo prevalezca por encima de todo y que guardes en tu memoria y en tu orgullo, algo tan importante como decir.... HE TERMINADO LA TITAN.
Nos vemos en el 2011...

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