Sábado 12 de septiembre, tras los
preparativos oportunos, y los nervios correspondientes, nos dirijimos a la zona
de salida en la Plaza de España de Alcázar de San Juan, mi compañero de equipo
Juanchu y yo, vamos a dar cuenta de la ristra de kilómetros que nos esperan por
delante en la 2ª edición de la Titán de la Mancha, en su versión 2.0, la
anterior la Titán 1.0, tuvo 4 ediciones, de las cuales participé en todas…eran
otros tiempos más tranquilos, más bucólicos, más románticos si se quiere, no
eran mejores, simplemente distintos, pero como todo tiene su evolución, ahora
la Titán es competitiva y tiene una organización a lo grande y digna de una
prueba de sus características, 220 kilómetros, 3.100 metros de desnivel
acumulado positivo, 250 participantes, 15 horas para finalizar, 150
voluntarios, vehículos de apoyo, etc. Lo dicho una prueba de grandes
dimensiones.
En esta ocasión hemos cambiado los colores de nuestro maillot, del negro y amarillo, del Mtbgigantes, hemos pasado al rojo vivo de la iniciativa #Freno al Ictus, de nuestro amigo Julio Agredano con el fin de aportar nuestro granito de arena en tan fantástica iniciativa (Información=Prevención).
En esta ocasión hemos cambiado los colores de nuestro maillot, del negro y amarillo, del Mtbgigantes, hemos pasado al rojo vivo de la iniciativa #Freno al Ictus, de nuestro amigo Julio Agredano con el fin de aportar nuestro granito de arena en tan fantástica iniciativa (Información=Prevención).
La
salida comienza con 10 minutos de retraso, aún así no me da tiempo a saludar a
todos los conocidos que estaban por aquí, solo a los más cercanos a nuestra
posición, y a pesar de las horas (6 de la mañana) la afluencia de público es
grande y salimos entre aplausos y palabras de ánimo a los participantes, de
momento el trayecto es controlado, hasta llegar al polígono industrial donde
nos enfrentamos al vacío de la noche y a la incertidumbre de los caminos que
nos marcarán el recorrido.
Se
da el banderazo de salida, se rueda, mejor dicho, se vuela, aún estando
situados en la cola de pelotón y siendo reservones en fuerzas es inevitable
rodar a medias altas, por momentos veo los 30-35 km/h. en el cuentakms. Y todo
eso por caminos de tierra alumbrados solo por nuestros focos, se forman las
grupetas acordes a la velocidad común de cada biker, y como grupos de
invasores, alguna unidad va saltando de una a otra, bien hacia delante, bien
hacia detrás, por momentos pierdo de vista a mi compañero que ha salido como “alma
que lleva el diablo”, y una vez que lo alcanzo le indico que regule, que no se
vuelque en seguir avanzando entre el maremágnum de bikers que nos rodea, y nos
ponemos un ritmo alegre pero contenido, tal y como estaba previsto, otro buen
amigo se nos engancha, Angel, de Pedro Muñoz, que acordamos hacer la Titán
juntos los tres, además ha tenido problemas con los focos y va totalmente a
oscuras, solamente iluminado por nuestras luces.
Sendero
serpenteante a lo largo del rio Cigüela, sin problemas salvo las precauciones
de los múltiples hoyos que existen por los conejos que campan por la zona, así
encaramos nuestra primera prueba del día, los molinos de Herencia, vamos
pillando compañeros, se sigue llevando un ritmo muy elevado, por supuesto la
cabeza de carrera rueda a velocidades casi “terminales”, pero nosotros sabemos
que es una prueba de resistencia y que nuestro objetivo es disfrutar durante el
recorrido y lograr acabarla en unas condiciones razonables. La sierra de
Herencia nos pone a todos en fila india, durante el trayecto logro saludar a Luis
un biker de Grupetto (Ocaña), con el que compartí muchos kilómetros en la
Madridxtrema, a los amigos de Herencia con Ismael a la cabeza, a Javier de
Miguelturra, a Eduardo, a Mamen y Manu de Bolaños, a Juan Antonio y Gabriel de
Sportbike (Alicante) y a otros compañeros de aventuras varias que se me
olvidan.
Amanece
camino de Puerto Lápice y el día nos brinda su mejor panorama, subiendo la
senda del molino ya se ve perfectamente y las nubes que tapan el sol, nos
brindan lo que a la postre será la mejor opción para nuestra aventura, un día
nublado sin demasiado calor y con la temperatura idónea, las lluvias de días
pasados hacen que el trazado sea de lujo, un gustazo para rodar por estos
caminos, estamos en el comienzo del tramo más duro que tiene la Titán, por
delante tenemos Fuente Umbrión, El Reventón, La Calderina y Fuente el Fresno,
viene la parte dura, los primeros kilómetros han sido de juguete, ahora vienen
los de verdad, así nos dirigimos a iniciar la primera de las escaladas, las
piernas calientes y el cuerpo entonado hace que vayamos a un ritmo vivo, de
momento todo está bajo control, nos unimos durante unos kilómetros al grupo de
amigos de Consuegra con Jesús (Benditosdomingos) a la cabeza, y un chaval de
Elche con el que intercambio experiencias, así nos presentamos en Fuente
Umbrión y comenzamos la subida de Cuatro Caminos, esta zona es muy asequible,
los recorridos son conocidos y la dureza es relativa, pero siempre prefiero
llevar una cadencia alta para no quemarme, y poder gastar la gasolina en los
kilómetros finales si hace falta, así que a estas alturas el pelotón ya no es
tal, es un rosario continuo de bikers pedaleando por la zona, pero en ningún
momento se tiene la sensación de soledad, bien por delante, bien por detrás,
siempre hay alguien con el que poder intercambiar unas palabras de ánimo, y
acabada la bajada de cuatro caminos, nos desviamos a la derecha para subir a la
Casa de los Forestales, aquí tenemos el segundo avituallamiento, Rubén, Fran y
sus “compinches” están al pie del cañón, el trato es exquisito, mientras coges
un plátano, te rellenan el bote, bien de agua, bien de isotónica, el detalle es
digno de encomiar, la simpatía reinante es la tónica general entre todos los
voluntarios, no solamente aquí, en todos los puntos del recorrido donde hay un
voluntario, ahí tenemos siempre una palabra de apoyo, una sonrisa, un “empujoncillo”,
se agradece, de verdad, aún no nos damos cuentas porque las fuerzas están
indemnes pero con el paso de los kilómetros lo valoraremos mucho más.
Primer
asalto serio, el puerto del Reventón, una cuesta para calentar tras el
avituallamento y tras una bajada sin complicaciones, giro a la izquierda y ¡zas!
Una pared inmensa ante nuestros ojos, por esta zona ya me encuentro solo, mis
compañeros siguieron su ritmo, cuando yo tuve que parar en boxes (jejeje), pero
delante de mí, avanza cual tortuga un biker retorciéndose para afrontar el
desnivel, el firme es regular y compacto, así que no queda otra, agachar el
lomo, apretar los dientes, y subir como las fuerzas y la ley de la gravedad me
permiten, a punto de coronar la cima me pasa cual centella el amigo Carlos de
Eurobike (Miguelturra), al que intento seguirle la estela pero es imposible y
no quiero cebarme, así que una vez culminado el objetivo, comienza el descenso,
este sí es más complicado por la piedra existente, pero tampoco tanto como para
frenar, así que desciendo en vuelo rasante hasta la llanura que se extiende
antes de la localidad de Urda, donde me reúno con mis compañeros para seguir
avanzando, Urda, se cruza como una exhalación, aquí se encuentra Loli
(Sportbike) que se desgañita al verme y darme ánimos, y afrontamos los
kilómetros de aproximación al segundo asalto del día, La Calderina, el viento
en contra, pero el perfil es totalmente llano, así que optamos por dar relevos
para desgastar lo menos posible, y nos presentamos en la base del cerro con
unas gotas de lluvia refrescando el ambiente y nos disponemos a dar cuenta de
los 4,5 kms. Que tenemos de ascensión delante nuestro.
Nos
cruzamos con los compañeros que bajan y que van delante nuestro, aquí la cabeza
es importante, casi tanto como las piernas, el primer kilómetro es el más duro,
el que mayor desnivel tiene, y como lo sabemos, rompemos nuestra alianza momentáneamente
para concertar una cita en Fuente el Fresno, puesto que el desnivel orográfico
tenemos que afrontarlo cada uno por nuestra en cuenta y en función de nuestras
características, Juanchu se despega, Angel y yo continuamos a nuestro ritmo,
vamos subiendo y afrontando las famosas curvas de hormigón de la Calderina,
izquierda, derecha, izquierda y a 500 metros de la cima, me cruzo con Juanchu,
han sido 25 minutos lo que he tardado en subir, las piernas están respondiendo
a la perfección, la cabeza está funcionando como debe, en ningún momento he
pasado por situaciones complicadas, creo que ha sido de las mejores subidas que
he hecho, y arriba después de reponer fuerzas y líquidos, incluso me he tomado
la libertad de hacerme una foto para inmortalizar el momento. Aquí me entero
del disgusto del día, el compañero Juan José Simón de Mondraker, ha tenido una caída
grave y han tenido que llevárselo en helicóptero al Hospital de Toledo (¡¡ANIMO
SIMÓN!!).
Una
vez recuperado, iniciamos el descenso en busca y captura al fiera de Juanchu, y
aquí me llevo la sorpresa del día, la Sierra Calderina, que en pos de Fuente el
Fresno, me he encontrado con unos rampones que no esperaba, creía que
saldríamos más hacia el sur y con menos desnivel, pero sin embargo nos meten
por otra zona donde hay que coger carrerilla para subir algunas pendientes,
esto sí que ya se va pareciendo a lo previsto, algunos bikers empiezan con
calambres y hacen un alto en su pedaleo para estirar, aún así, y luchando
contra mi punto débil, sigo avanzando, sin prisa pero sin pausa, hasta superar
el desnivel y comenzar de nuevo otro vuelo sin motor, planeando y aterrizando a
los pies de Fuente el Fresno, para el asalto final, hemos llegado hasta aquí,
así que una vez superado esto, el objetivo está prácticamente conseguido, me
enfrento de nuevo a la pared increíble que forman las “zetas” del camino hasta
el molino, la primera rampa es infernal, el firme aquí está muy suelto, y en
una pedalada, me patina la rueda de atrás y me toca poner pie a tierra, me
cuesta Dios y ayuda volver a subir, pero como a cabezorro no me gana nadie, lo
consigo y sigo mi ritmo congoleño, por arriba veo desfilar bikers, y de momento
por detrás de mí no viene nadie, las distancias cada vez son mayores entre los
participantes, imagino que mi compañero Juanchu ya está en el avituallamiento y
Angel, que venía detrás no lo distingo, así que a mi “tran-tran” subo esta
pared, el sol lo tenemos de fuera en toda su apoteosis y hace que se eche de
menos alguna nubecita para no sufrir en exceso, además estamos en las horas
centrales del día, pero el motor y la gasolina siguen a pleno rendimiento así
que llego a las inmediaciones del molino, otro apoyo moral, Fernando Marchante
está ejerciendo de fotógrafo, y además de animar, se encarga de inmortalizar el
momento, rodeamos el molino y comienza la bajada, en esta ocasión, el vuelo es
con motor y freno de mano puesto, porque tiene su técnica y las piedras abundan
por la zona, aún así, como siempre disfruto mucho más bajando que subiendo, y
llego al avituallamiento principal.
Información
de primera mano, mi compañero está en la Cruz Roja, por una caída que ha tenido,
José María, me informa, y además de engrasar mi bici y rellenarme los botes, me
dice que no ha sido grave, simplemente chapa y pintura y que le están curando,
aprovecho para comer la pasta que nos han preparado, saludar a los muchos
amigos que están allí de voluntarios, (vuelvo a repetir que el trato con
nosotros es alucinante) y una vez reunidos con Angel de nuevo y lleno el
depósito de combustible, salimos en pos del último tramo que tenemos por
delante, en el ambiente, tanto nuestro como de los compañeros se nota cierta
alegría, sabemos que la prueba está prácticamente superada, solo nos queda una
subida de importancia a Cuatro Caminos, porque la subida de los Molinos de
Alcázar, no se considera un obstáculo, es solo un peaje que tenemos que pagar
para alcanzar la gloria.
En
estos últimos kilómetros rodamos junto a dos compañeros de Alcázar, Carlos
Augusto y su compañero, Antonio Carpio,
y otro biker Rafael, que es andaluz, pero no sé de donde. Así formamos una
grupeta de 6 que vamos más animados, como siempre las subidas y las bajadas
hace que el grupo se estire, pero en las zonas llanas nos reagrupamos y vamos
avanzando hacia la meta.
Bajando
Cuatro Caminos, se inicia la enésima exhibición de vuelo rasante, las
velocidades son elevadas favorecidos por el desnivel y por el viento y así
aterrizamos en Puerto Lápice, donde se encuentra el penúltimo punto de
avituallamiento, a estas alturas, el cuerpo ya no acepta más platanos, así que
solo reponemos líquidos y seguimos avanzando todos juntos, Carlos Augusto tiene
un pequeño susto, pero sin consecuencias, y encaramos la Sevillana sin ninguna
incidencia, los ánimos van en proporción inversa a las fuerzas, sabemos que lo
tenemos al alcance de la mano, el horario es bueno, en ningún momento se ha
tenido ninguna sensación de que nos pudiera poner en un aprieto por los cierres
de control, y rodeamos las afueras de Herencia, para tomar un respiro al subir
entre los 2 molinos el único repecho que nos queda antes del final, bordeamos
la sierra de Herencia y nos adentramos en los territorios de las Tablillas del
Záncara, esta zona es la que desmoraliza más que los grandes desniveles, pues
los giros a izquierda y derecha siguiendo el cauce del río para atravesar al
otro lado, hacer que parezca que no se avanza y los molinos del Cerro de San
Antón, parecen un espejismo que nunca se alcanzan, aún así, poco a poco nos
acercamos a ellos, a estas alturas, nos encontramos Juanchu y yo solos, salvo
algún compañero que vamos adelantando, me consta que las consecuencias de la
caída que ha sufrido le han mermado las fuerzas y hemos tenido que levantar el
pistón, pero nuestro objetivo ya es claro y contundente, la Titán es nuestra,
cruzamos la vía e iniciamos la última subida, a los molinos subimos por la
senda que utilizan en el triatlón, y la alegría y la euforia nos van rodeando,
los críos que están arriba animan sin tregua y te aplauden, solo por eso, vale
la pena hacer esta prueba.
Corono los molinos y alcanzo a mi amigo, callejeamos
un poco para dirigirnos al punto de inicio, y entrando por la Avenida de
Herencia, la emoción es enorme, la sensación de haberlo conseguido vuelve a
saborearse, y entramos en la meta de la mano, como debe ser, con la alegría y
el orgullo de haber acabado una prueba de estas características, a pesar de las
dificultades, de las inclemencias, de los contratiempos, en ese momento, todas
las horas de cansancio, de falta de sueño por sacar tiempo para entrenar, de
sacrificio, esas horas no existen, se sustituyen todas solo por ese instante,
cuando el público asistente te aplaude, los amigos te abrazan y miras a tu
compañero con el que has compartido tantas horas y te fundes en un abrazo con
él y vuelves a comprender porqué te gusta tanto este deporte.
La
continuación es similar a lo vivido, saludos y abrazos con los compañeros de
aventuras, con los que llegan después y
con los que han llegado antes, felicitar a Vicente (Membribike), que ha vuelto
a quedar 2º otro año más, que es un fuera de serie, dejar la bici aparcada y
reponer fuerzas con los amigos comentando las anécdotas del día, porque amigos,
este 2015 hemos podido con la Titán, ahora a pensar en la del año que viene.
Quiero
hacer constar públicamente mi enhorabuena a la organización, como he indicado
el trato recibido por parte de todos los que de una manera u otra pertenecen a
la misma ha sido sublime, una atención extraordinaria, personalmente me siento
muy orgulloso de conocer a muchos de ellos y considerarlos amigos, pero he sido
testigo directo de que el cariño y la amabilidad que transmiten la reparten por
igual entre todos los participantes y eso dice mucho de las personas que forman
parte de este evento, que no tiene nada que envidiar a ninguna prueba del
calendario nacional.
Felicitar
a todos mis compañeros, a los 250 titanes que hemos participado, tanto si han
acabado como si no, solo por el hecho de afrontar este reto, merecen toda mi
admiración y mi respeto, te tiene que gustar mucho el ciclismo, o estar muy
loco, (o las dos cosas), para decidir un día… “voy a hacer 210 kilómetros en
bici de montaña, por caminos…y de un tirón”, solo por pensar eso, ya tiene un
mérito enorme y forman parte de esta gran familia.
Y
por supuesto, un último apunte y mi sincera enhorabuena, para la única chica
que este año ha logrado doblegar la distancia, Mamen Naharro, la única Titán
2015.
© Manuel Carrasco.
(c) Fotos: Fran Lorente, Fernando Marchante, Andrés Romero, José Diaz.
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