jueves, 9 de octubre de 2014

ION4 NON STOP MADRID LISBOA 2014



   Érase una vez, cuatro locos por el mtb, que se enteraron de una prueba a la que los organizadores catalogaban como la “más dura y larga” del panorama nacional, y sin saber cómo, bueno, sabiéndolo un poco, se presentaron en ella, dispuestos a luchar contra viento y marea para llegar a la meta dentro del tiempo previsto…eso ocurrió el año pasado, y este año, la prueba a la que juraron y porfiaron que no volverían, se presentaba de nuevo en el calendario, y esta vez los cuatro locos arrastraron consigo a otros dos más, y hete aquí, que a 25 de Septiembre del 2014, nos encontramos por segundo año consecutivo en Las Rozas –Madrid-, recogiendo dorsales y todo lo que ello conlleva para participar en la MADRID-LISBOA ION4 NON STOP, y además con el añadido de que han rebajado en 5 horas el tiempo límite para realizarla. Y otro año más, que llevaremos en nuestro maillot el logo de MPS Castilla La Mancha, la asociación de Enfermos de Mucopolicasaridosis con el fin de que se reconozca y se de a conocer un poco más. (www.mpsesp.org).

     Pabellón Deportivo de Las Rozas, 21,30 h. nuestros nervios ya se han disipado, como no podía ser menos, hemos llegado con el tiempo justo a recoger la autocaravana, sí, este año, no queríamos pecar de incautos, y como la experiencia es un grado, ya nos quedó claro, que una caravana es mejor opción que una furgoneta, y por la misma experiencia, después de la hazaña del 2013, este año, hemos dado cabida en el equipo a un miembro más, al considerar que 2 miembros por equipo es una machada, y esa ya la hicimos, ahora toca disfrutar un poco más, y organizamos equipos de 3, con lo cual, tendremos una etapa más de descanso entre relevo y relevo, también es verdad, que con 4 miembros, se descansaría más, pero es que aquí no se viene a descansar, y para salir a hacer 2 etapas, nos quedamos en casa, jeje.



Así, que nos encontramos José Andrés O., José Andrés C, Juan M., Juan Jesús I, Manolo D-P, José María de apoyo y el que suscribe, con todo preparado para recorrernos media península ibérica encima de la bicicleta, por esos caminos de Dios y con la esperanza de poder cenar un arroz con marisco en Lisboa para celebrar que hemos acabado la prueba dentro del tiempo previsto.
Etapa 1.- Las Rozas-Robledo de Chavela.
Este año, como he dicho, dormimos en la zona de salida, y por lo tanto, nos da tiempo a preparar las bicis en condiciones, a saludar a muchos amigos que se encuentran aquí, tanto para participar, como para animarnos en la salida, y después del briefing (qué le vamos a hacer, les gustan los anglicismos, cuando de toda la vida eso es una charla informativa), pues eso, después de la charla, se da la salida, en principio, neutralizada por las calles de Las Rozas, para después salir como alma que lleva el diablo en pos de la primera estación de hidratación, situada a 65 kms. Al oeste, en la localidad de Robledo de Chavela.

Nuestro primer testigo lo van a llevar Manolo y José Andrés O., obviamente, este año tenemos también 2 equipos, los Mtbgigantes G60 y G70, más que nada porque como el año pasado nos fue bien con esa denominación, pues hemos querido repetir, y además como se cumple también que todos los miembros de uno y de otro son de esas generaciones, pues no se discute…
Nosotros nos desplazamos con la caravana, y este año se nota que ha subido la participación, el campo que nos tienen asignados como aparcamiento está a rebosar y eso que aún no han llegado todos.

Primeros nervios, sobre todo por mi parte, después de dar unas mínimas instrucciones y rápidas lecciones a Juan y Juanchu de cómo utilizar un GPS, resulta que el que no aparece es mi GPS, por más que lo busco, nada, a eso se une el hecho de que nuestros compañeros ya han hecho la llamada de rigor y se van a presentar en la etapa recortando casi una hora al tiempo que hicimos el año pasado y que este año nos sirve de referencia.
Filosofía Zen aplicada al máximo nivel, me visto, acondiciono la bici, bidón, todo dispuesto…excepto el maldito GPS, que no tiene otro momento mejor para jugar al escondite conmigo…esto ya parece de película, mi cabeza repasa todos los sitios donde puede estar, hasta que Juan, vuelve a mirar mi bolsa “de los cachivaches”, y lo encuentra, corriendo hacia el relevo, porque Manolo y José Andrés ya habían vuelto a llamar que nos estaban esperando, buff, ¡¡qué presión!!.

Etapa 2.- Robledo de Chavela-Burgohondo.
Salgo con el corazón en un puño, son las 4 de la tarde, y contamos con la ventaja de que esta etapa nos la conocemos del año pasado, así que como los primeros kilómetros transcurren por carretera, ponemos el turbo y vamos en pos de 3 compañeros que han salido un poco antes que nosotros, dejamos a la izquierda el Observatorio Astronómico que la NASA tiene por estas latitudes,



 y tomamos la carretera que nos dirige a Cebreros, por aquí tenemos un pequeño repecho que hace que disminuya la velocidad, pero enseguida volvemos a bajar, nos lanzamos, y volvemos a subir, hasta que abandonamos la carretera para tomar un camino asfaltado que sale a la derecha con una buena pendiente, en este punto nos adelantan dos bikers con la equitación de Powerade y nos saludan al reconocernos del año pasado, la verdad es que se agradece el detalle, nunca se sabe quien se fija en ti, hasta estos momentos, jeje. Una vez que se acaba el asfalto, se continua por una pista en muy buen estado, aquí empiezan a aparecer las primeras cuestas con mayúsculas,
 si bien, o este año estamos mejor de forma, o las recordaba con más miedo, pero se suben bastante bien, así avanzamos hasta que vemos a Javier, otro compañero del año pasado, que este año ha cambiado la bici por la cámara, y me espero a que ll

egue mi hermano para que nos saque guapetones (es un decir) en la foto/vídeo, y seguimos subiendo, hasta que por una senda sin complicaciones salimos de nuevo a una carretera más arriba de Cebreros, cruzamos la población sin problemas y salimos de ella, para volver a coger un pequeño sendero durante unos metros que te vuelve a llevar a la carretera, desde la que se divisa a lo lejos el embalse del Burguillo, seguimos por asfalto y los kilómetros vuelan, una vez que cruzamos la presa, entramos en una carretera secundaria asfaltada atravesando urbanizaciones y disfrutando de una fantástica vista del embalse,
hasta que en una pequeña plazuela se gira a la izquierda y se comienza por una senda para dar paso a lo que los entendidos llaman “singletrack”, y que toda la vida ha sido un camino de cabras, aquí empieza lo divertido, subidas, bajadas, piedras, raíces, ramas, algún árbol caído sobre la senda, en fin, todo lo que hace divertido este deporte, vamos rodando paralelos a la orilla pero desde una altura respetable, hasta que volvemos a girar a la izquierda para volver a subir y empezar ya la pista de aterrizaje sobre Burgohondo, a donde llegamos tras 3,20 horas, bajando también en casi 45 minutos el tiempo que hicimos el año pasado….¡esto mola!, damos el relevo a nuestros compañeros, la pareja J….Juan y Juanchu, en la misma plaza de toros de Burgohondo, donde han establecido el relevo este año, y comenzamos el ritual de cada etapa, ducha, comida, bebida, y a rodar hacia el siguiente punto de hidratación.

Etapa 3.- Burgohondo-Navalperal de Tormes
¡Vivan los GPS y la madre que los parió! Vaya viajecito que nos pegamos gracias al GPS de la caravana, más de hora y media para llegar al punto de destino y por unos caminos que no pasaban ni las águilas….o somos muy tontos (casi seguro) o no sabía por donde se andaba el chisme dichoso, el caso es que ya de noche por todo el mundo, y gracias a que nos perdimos, aún no habíamos llegado a Navalperal, cuando nos ocurrió el único infortunio de la prueba, digno de mención, porque los pinchazos no cuentan, nos llama Juan, que ha partido el manillar…


¿Cómo? Pues sí, en una bajada, el puño derecho del manillar ha avanzado más deprisa que el resto de la bici y se ha partido, por suerte no se ha llegado a caer y no hay que lamentar daños personales, el caso es que un sudor frío nos recorre la espalda y ponemos en marcha lo que dimos en llamar “Gabinete de crisis”, primera pregunta ¿estáis bien? Sí; perfecto, segunda pregunta ¿dónde estáis? Ni idea, en mitad del campo…pues vamos bien, pero tranquilidad ante todo, soluciones tecnológicas al instante, pasar la localización por wasap, perfecto…2 teléfonos, un iphone, del cual no tienen ni idea como hacer eso, y un Samsung, que no tiene cobertura…pues estamos apañados…comentario de Juan, creo recordar haber visto una indicación del último pueblo, que se llama San Martín del Pimpollar, ya vamos sabiendo algo, pero eso supone que están aún a menos de la mitad del recorrido, así que nos vamos hacia allí con la caravana, las neuronas funcionando a todo tren, me acuerdo del portátil, lo encendemos, mientras José Andrés O. busca con mi movil cómo enviar localización con un iphone, a través del portátil, vemos donde se junta el track con una carretera, así que les indicamos que sigan andando recorriendo el track hasta que salgan a una carretera comarcal y que allí nos vemos, al final, recuperamos cobertura y logran enviar su localización, están a 500 metros nada más de la carretera, así que nos dirigimos hacia allí hasta que los encontramos, aquello parecía un pit stop de Formula 1, unos con las bridas, otros con el dorsal y el chip, otro con los focos y el gps, en unos instantes, hemos pasado todo de una bicicleta a otra, en este caso la de mi hermano, de la organización nos preguntan si todo va bien, y le comentamos el percance, pero que está todo solucionado, y de nuevo, vuelta a rodar y nosotros a nuestro destino, llegamos a Navalperal, descartando descansar, puesto que ya no queda mucho tiempo, y de todas formas, estamos recién estrenados, así que nos bajamos a la plaza donde está el paso de control a ver a los compañeros y saludar a los amigos que haya por allí, entre otros, los vecinos de Alcázar, que yan han salido sus relevos y el buen amigo Oscar, que se encuentra también en los mejores “fregaos”.

            Nos pedimos un bocadillo en el único bar que hay en el pueblo, y nos saluda una voluntaria del año pasado, que se acordaba de nosotros: “los de Campo de Criptana, otra vez por aquí, eso es que no os cansasteis mucho el año pasado ¿verdad?”…. y a ver qué le dices, pues que somos masocas, porque sino no se lo cree.
            En fin, que nuestros compañeros tardan bastante más de lo previsto en llegar, son 5 horas lo que se nos va en hacer esta etapa, se tira por tierra lo adelantado en las anteriores, pero seguimos pletóricos de fuerzas y de ilusión, y sobre todo, sobrados de tiempo con respecto al cierre de control, que este año, ni lo hemos mirado, ¿será por chulería? ;-)

Etapa 4.- Navalperal de Tormes – Navaconcejo.
Esta etapa transcurre sin incidentes, nosotros por nuestra carretera y nuestros compañeros por sus caminos y sendas, etapa corta, con tramos complicados para hacerla de noche, pero sin más problemas, mi hermano aprovecha la cama de la caravana para echarse la siesta del siglo, yo aprovecho con Jose María para lavar las bicis y poner los focos a punto.







Etapa 5.- Navaconcejo – Cañaveral.
Sobre las 3,15 aparece nuestro relevo, esta vez sí estamos listos y dispuestos, y nos vamos con unos cuantos compañeros al mismo tiempo, hacemos un pequeño grupo de 6, del cual me descuelgo un momento por el dichoso GPS, he cogido uno que nos han dejado porque el mío se quedó sin batería y no lo había cargado, y este se apaga la retroiluminación cada 15 segundos y no veo nada, tengo que ir pulsando y no me parece ni práctico ni seguro, así que decido parar a ajustarlo y pillar más tarde a los compañeros, la etapa transcurre por caminos y veredas sin complicación, hacen acto de presencia los primeros charcos de lluvias pasadas, pero sin más importancia, y lo que no sabíamos era la que nos esperaba, no recuerdo exactamente cuando, pero sí que en un momento dado, nos quedamos solos y siguiendo el track, acabamos en una dehesa sin camino que seguir ni senda por donde andar, hay que inventarse el recorrido siendo lo más fieles posibles al track que nos marca, hasta que nos encontramos con una valla de piedra y rematada por alambre de espino, menos mal que aquí nos juntamos con otros 2 compañeros y entre los 4 pasamos las bicis por encima y seguimos la marcha juntos…hasta que llegamos a la emboscada del día, o mejor dicho, de la noche, una vez se cruza una puerta en una empalizada, el track nos lleva a un auténtico barrizal, donde las únicas salidas, son un arroyo o un maizal tras cruzar otra alambrada, momentos de indecisión, motivados también por lo numeroso del grupo que nos encontramos allí, y claro, cada uno opina una cosa, y nadie toma una decisión firme, así estuvimos más de media hora, buscando una salida a aquella encerrona, mientras otros compañeros seguían llegando, cayendo en la trampa como ratones, al final, unos optan por retroceder y salir a la puerta que cruzamos, y otros optamos por saltar la alambrada y caminar por el borde de un sembrado hasta encontrar un camino, el resultado es el mismo, más adelante nos volvemos a juntar todos, y continuamos juntos, hasta que unos metros más adelante, nos encontramos de nuevo con otra puerta de ganado sin abrir, que hay que saltar, esta será la tónica de la noche, vallas, puertas y alambradas, no sé porqué pero me parece que este track no lo han revisado sobre el terreno, tiene toda la pinta de estar hecho desde el ordenador, pero como esto es lo que hay, pues seguimos adelante, hasta que mi rueda trasera pincha, en principio, intento meterle espuma y darle aire de nuevo, y parece que aguanta un poco, pero hemos perdido el tiempo suficiente para quedarnos nosotros solos nuevamente, así seguimos avanzando por los campos extremeños, cuando vemos los primeros mojones de la Vía de la Plata,
que recorrimos hace unos años, pero en sentido inverso, las luces del día ya van haciendo acto de presencia, y eso hace que nos animemos un poco, antes habíamos cruzado por Plasencia, mejor dicho por las afueras, y el sentido de la orientación de noche, me hacía dudar si íbamos en sentido correcto, hasta que salimos a una carretera que indica Carcaboso, y entonces sí, confirmamos que vamos bien, pero nos queda una buen trecho hasta Cañaveral.
            Amanecer es precioso en el monte, y montado en bicicleta, pero si vuelves a pinchar, te quedas tú solo y encima el repuesto lo lleva tu hermano que va 200 metros adelante y no se entera que has pinchado, ya no es tan bonito, así que me toca ir a pie tirando de la bici, hasta que a mi hermano le de por preguntarse donde estoy, el hecho, obviamente es que vuelve y ponemos una cámara en la rueda para continuar, y ya con la luz del día, iniciamos el último descenso antes de nuestra meta, descenso vertiginoso por momentos y peligroso justo antes de entrar en Cañaveral, donde un grupo de bicigrinos estaban descansando en la ermita que hay justo a la entrada del pueblo.
Allí llegamos tras 6,15 h. de pedalada nocturna y vicisitudes varias, pero llegamos enteros y con más mala leche que cansancio, porque no estaba previsto todo esto…

No hay comentarios:

Publicar un comentario